CARTAS DE PAPÁ
Por
otro lado, el diablo pone especial diligencia en destruir las almas de los
hombres jóvenes, y parece como si ellos no lo supieran.
Satanás sabe muy bien que los jóvenes como tu formarán la próxima generación.
Por consiguiente, hace uso de cada habilidad con tiempo para tomar posesión de
ellos. Yo no voy a permitir que tú ignores sus maquinaciones.
Tú eres de aquellos sobre quienes el diablo despliega sus más escogidas
tentaciones. El extiende su red con el más atento cuidado para enredar tu corazón.
El pone cebo a la trampa con las carnadas más dulces para tenerte en su poder.
El exhibe sus mercancías ante tus ojos con extrema ingenuidad para hacer que tú
compres sus azucarados venenos, y comas sus malditos manjares. Tú eres el
objeto principal de su ataque. Que el Señor lo reprenda y te libre de sus
manos.
Hijo mío, cuídate de no caer en sus redes. El tratará de arrojar polvo en tus
ojos, y hará que no veas ninguna cosa en su verdadero color. El se alegrará si
logra hacerte considerar a lo malo bueno y a lo bueno malo. El pintará, adornará
y vestirá el pecado para hacerte que te enamores de él. El deformará, hará
una falsa representación y ridiculizará la verdadera religión para hacer que
le tomes aversión. El exaltará los placeres de la maldad, pero esconderá de tí
el aguijón de ella. Levantará ante tus ojos la cruz y sus aflicciones, pero
mantendrá fuera de tu vista la corona eterna. Te prometerá todo, como lo hizo
con Cristo, si le sirves solamente a él. Incluso te ayudará a seguir una
apariencia de religión, si tan sólo niegas su poder. El te dirá al principio
de tu vida: "es demasiado pronto" para servir a Dios, y te dirá al
final: "es demasiado tarde". ¡Oh, no te dejes engañar!
Poco
sabes del peligro en que estás metido con este enemigo, y es precisamente esta
ignorancia lo que me hace temer. Tú eres como los ciegos, que caminan en medio
de trampas y escollos ocultos; no ves los peligros que a cada lado te rodean.
Tu enemigo es poderoso. Es llamado "El príncipe de este mundo." (Juan
14:30). Se opuso al Señor Jesucristo durante todo
Su ministerio. Tentó a Adán y a Eva a comer del fruto prohibido y de esa
manera trajo el pecado y la muerte al mundo. Tentó incluso a David, el hombre
conforme al corazón de Dios, e hizo que sus últimos días fueran llenos de
sufrimiento. Tentó aun a Pedro, el apóstol escogido, e hizo que negara a su Señor.
Su enemistad es, sin duda alguna, algo que no ha de desestimarse.
Tu enemigo no descansa. El nunca duerme. Nunca se toma sus vacaciones Anda
siempre, "como león rugiente, buscando a quién devorar." (1
Pedro 5:8). Está en todo momento de aquí para allá por toda la tierra,
andando de arriba a abajo en ella (Job 1:7; 2:2).
Puede que tú seas descuidado con tu alma, pero él no. El quiere tu alma para
hacerla miserable, como él mismo lo es, y la tendrá si puede. Su enemistad es,
sin duda alguna, algo que no ha de desestimarse.
Finalmente,
quiero decirte Hijo que tu enemigo es muy astuto. Por casi seis mil años él ha
estado leyendo un libro,¿sabes cual es?.. tu corazón . Debe de conocerlo bien,
y, de hecho, lo conoce: toda su debilidad, toda su falsedad, toda su insensatez.
El tiene el cúmulo de tentaciones más efectivas para hacerle daño. Nunca
llegarás a estar en un lugar donde no te encuentre. Vete a las ciudades, él
estará allá. Vete a un desierto, él te encontrará allí también. Reúnete
con los borrachos y juerguistas, y él estará allí para ayudarte. Escucha las
prédicas, y él estará allí para distraerte. Su enemistad es, sin duda
alguna, algo que no ha de desestimarse.
Este enemigo está trabajando arduamente para destruirte, sin importar lo poco
que repares en ello. Los jóvenes son el premio por el cual él está
contendiendo de manera especial. El prevé que ustedes habrán de ser las
bendiciones o las maldiciones de su generación, y está haciendo todo lo
posible para conseguir alojamiento en sus corazones desde ahora, de modo que
puedan ayudarlo con el tiempo a promover su reino. Bien entiende él que
estropear el capullo es la manera más segura para echar a perder la flor.
¡Oh, que tus ojos sean abiertos como los de aquellos siervos de Elías en
Dotan! ¡Oh, que tú veas lo que Satanás está tramando en contra de tu paz!
Debo advertirte, debo exhortarte. Ya sea que oigas o no, yo no puedo, ni me
atrevo, a dejarte tranquilo.